domingo, 19 de junio de 2011

Irracionalidad

Hace una semana, tres amigos y yo nos cogimos el coche y nos fuimos a pasar el fin de semana a Alicante. Mucha gente me decía que no lo entendía, otros, me decían que estábamos locos, y es que el motivo de nuestro viaje era nada más y nada menos que un partido de fútbol.
Tras el partido, que se saldó con derrota del Real Valladolid por 3-1 ante el Elche y la eliminación del play-off por el ascenso a Primera, los cuatro locos tuvimos una larga conversación nocturna sentados en la playa en la que reflexionamos sobre las pasiones que despierta este deporte.
Nos estuvimos preguntando qué es lo que hace que un simple juego, y un club que no deja de ser una empresa privada que ni nos va a dar de comer, ni nos va a dar un trabajo o un sueldo digno, nos puede hacer sufrir, saltar de alegría, deprimirnos, alterarnos, o gastar tiempo y dinero de forma totalmente irracional.
A pesar de tener la "sangre blanquivioleta", creo que siempre he sabido mantener la cabeza fría y no caer en la habitual costumbre de centrar mis iras en una cabeza de turco cuando las cosas salen mal, y menos aun en tener reacciones irresponsables o violentas, pero tengo gente cercana que se ha llegado a preocupar al saber que hace un año salí llorando del Camp Nou tras consumarse el descenso a Segunda, o que hace dos años salí del Benito Villamarín afónico y con los dedos doloridos de apretar los puños tras salvarnos agónicamente en Sevilla.
En la velada playera, nos preguntamos qué nos aporta preocuparnos tanto por algo que no nos debería afectar. Los cuatro estuvimos de acuerdo en que era un sentimiento totalmente irracional, como otros que tenemos los seres humanos, y la única respuesta fue que un día a la semana, durante 90 minutos nos olvidamos de nuestros problemas personales, económicos o laborales, y que cuando gana el Pucela, empezamos la siguiente semana con mejor cuerpo. Sin olvidar esos días en los que por un momento, fuimos infinitamente felices como el día del ascenso hace 4 años, la salvación épica en Sevilla, la última victoria en Gijón, o cualquiera de los goles de Javi Guerra en el último minuto.
El año que viene, volveremos a renovar el carnet, y creo que seguiremos haciéndolo por muchos años.
Foto: A.G. Encinas (El Norte de Castilla)

1 comentario:

Gorka dijo...

ME gustó mucho acompañarte y me apenó verte tan triste al final. "Son cosas del fútbol".
Un abrazo,