domingo, 11 de septiembre de 2011

Verano de locura y desenfreno

Ya va tocando a su fin este verano "ni-ni" que me he pegado. Llevo un mes con un ritmo de vida que hacía años que no tenía, aunque tras dos años de muchísimo trabajo y jornadas maratonianas casi sin vacaciones, la verdad es que lo necesitaba. He salido de cañas casi todos los días, he trasnochado, casi he olvidado lo que es desayunar, les he pagado el sueldo de varios meses a los camareros del Peni y a los de la baguetería Cantarranas a base de pizzas de setas, de cuatro quesos y de queso de cabra con tomate (esta última ha sido todo un descubrimiento). Me temo que tendré que moderarme porque no quiero recuperar los 18 kilos que perdí hace dos años (y ya he recuperado unos cuantos), y sobre todo, porque el dinero que me queda tras los siete meses en Boecillo va reduciéndose a pasos agigantados entre esto y otros gastos como gasolina, el carnet del Pucela, mi primera multa por exceso de velocidad, tubos de pintura... y esta semana, las casetas regionales y las de la feria de día, que también han contribuido a que me metiera unas cuantas buenas dosis de calorías para el cuerpo.

Por lo demás, ha sido un mes muy intenso;  he hecho un par de viajes a Salamanca (del último acabo de llegar ahora) en los que he vuelto a ver a amigos que hacía tiempo que no veía, he ido a un par de concursos de pintura rápida, he jugado partidas interminables de jungle speed, he hecho nuevos amigos, me he ilusionado, me he desilusionado, he pasado alguna noche super intensa sobre todo emocionalmente, he hecho algo que no creí que sería capaz de hacer, me han duchado en calimocho, me he quedado en calzoncillos en medio de la plaza de Portugalete, he clausurado mi primera exposición, me he echado siestas de 3 y 4 horas...

Con el final del verano toca sentar un poco la cabeza. Necesito encontrar un trabajo ya como sea. De teleoperador o comercial no porque no valgo para engañar a la gente, pero salvo eso, acepto casi cualquier cosa. También ando mirando cursos. Quiero hacer algo útil con mi vida ya, porque mis padres me van a tener disponible siempre que me necesiten, pero no quiero estar siempre trabajando con ellos. También tengo ganas de volver a ver a mis chicos, y ahora que me acuerdo, tengo que hacer un decorado para una obra de teatro que van a hacer en noviembre y aún no he empezado, a ver si me pongo con ello. Ya hice otro decorado el año pasado y para ser el primero creo que no quedó mal. Prometo avisaros para el estreno.

¡Buenas noches!



Decorado que hice para la obra de teatro del año pasado

1 comentario:

Sara dijo...

Hay pocas cosas que disfruto tanto como el arte quizás hacer algunas compras asi que puede que esta semana me vaya a comprar a alguna venta de ropa por mayor que encuentre.